El
martilleo irregular de algún albañil
en otro
nuevo edificio cercano y céntrico
marcando
el pulso desordenado
de los
amantes adolescentes
del otro
banco.
No se animan a mirarse mucho
para que no se note.
Aunque sonríen ansiosos
Él, acercándose lento pero seguro
ella
cada vez
más seria,
como siguiendo
la gravedad del ritual
inútil y necesario
de intercalar risas y silencios
en los encuentros fugaces
para ver qué onda
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